El tema de los matrimonios entre homosexuales desató la iracunda intolerancia de la iglesia católica en México. El Arzobispo Juan Sandoval Iñiguez reaccionó colérico ante la decisión de la Suprema Corte de Justicia de reconocer los derechos civiles de las parejas homosexuales.
Como casi siempre ocurre en casos controversiales en los que se involucra la jerarquía católica, en la que sus representantes avientan espumarajos por la boca al referirse a un tema que les es molesto y reprobable, lo hacen con la doble moral que los caracteriza.
Se desgañitan como si el homosexualismo fuera un tema ajeno a la Iglesia. Como si las prácticas homosexuales de muchos sacerdotes no hubieran destruido la vida de miles de personas en todo el mundo.
Se escandalizan desde las alturas de los púlpitos y apuntan sus dedos flamígeros contra quienes consideran indignos de redención.
Para recordarles sus carnalidades, a fines del mes pasado, la revista italiana Panorama publicó el reportaje “Las Noches Bravas de los Curas Gay”, que causó un tremendo revuelo en porque durante casi un mes documentó las andanzas homosexuales de tres sacerdotes que viven en Roma.
En un video que es parte del reportaje, se observa a uno de los sacerdotes con dos hombres que bailaban semidesnudos con el cura y con otros asistentes a un bar gay de la capital italiana. Luego aparecen escenas en la casa de otro cura en las que un hombre que colaboró en el reportaje tiene relaciones sexuales con él, al que incluso convence de ponerse su vestimenta litúrgica.
El enlace que aparece junto a la fotografía corresponde al video a esa publicación.
1 comentario:
soN UNOS HIPOCRITAS. vENDEN SU ALMA AL DIABLO PARA CONTROLAR LA DE LOS POBRES IGNORANTES QUE CREEN EN ELLOS.
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