martes, 24 de agosto de 2010

HAY UN DIOS FELIPE, HAY UN DIOS



Estaba decepcionada, enfurecida.  Desde diciembre de hace casi cuatro años su situación había empeorado.   Era tanta su molestia y frustración que se soltó con un rosario de recriminaciones
-Méndigo Felipe yo no sé porque me la creí con eso de que íbamos a vivir mejor.  ¡Puros cuentos!
-Mira, mira  ahora como nos ha ido.  Apenas medio comiendo y ya no digas para lo demás de la casa.  Ahora andamos por la calle de la amargura.  
¡Salir de Guatemala para entrar en Guatepeor!,  masculló
Volteó al espejo.  Se sintió más cansada y atribulada por la imagen que este le regresó.  Un ardor de estrés le subió de la espalda hasta la base del cuello.

 “Como no –pensó- si apenas duermo por las mortificaciones y la friega que me pongo todo el día para ganar unos cuantos pesos”
Luego la ira escapó nuevamente de su boca.
-Ese es el coraje que traigo, si antes batallábamos ahora nos las vemos más duras.  ¡Puras promesas!
-Quesque con él ya no íbamos a batallar con nada.   ¡Mentiroso!
-Pero no es su culpa sino de uno que no agarra lección ni cabeza. Siempre tropezando con la misma piedra.  No aprende uno del pasado y ahí estás otra vez, de mal en peor.
-Si hay gente especialista en aprovechar la desesperación de la gente para envolverla y sacar lo que quieren.  A la hora de la hora cuando ya logran su propósito, adiós que te vaya bien, porque el prometer no empobrece-
Observó al más pequeño de sus hijos, dormido de tanto llorar de hambre.   Casi a punto de las lagrimas exclamó “Ay Felipe, pero hay un dios que te castigará por tus falsas promesas y tus malas acciones”
Su madre que la había escuchado en silencio se acercó a ella y le acarició la cabeza.  Con el amor profundo y la compasión de quien comparte las mismas penas  le dijo: “Hijita yo se que de nada te ayuda, pero ¿cuántas veces te dije que no te casaras con ese hombre?”



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaaa yo pense que se quejaba de Calderon, pero no era de su marido, igual de inutil que el otro felipe

Anónimo dijo...

Es muy duro cuando el amor te enciega y ni por un minuto piensas que te van a decepsionar y darte la espalda. Pero si hay un Dios que te puede dar el esfurzo para seguir adelante. Dios ya sabe lo que uno vah a pasar y nomas es un trompo mas para que lleges ah tu bendicion. Yo tambien estaba en esa situacion~ una vez que pudo reganar todo y pararse en sus propios dos pies me dio la espalda y se fue. Yo se que es duro pero uno como madre/mujer puede y tiene que seguir adelante.