martes, 27 de abril de 2010

ELECCIONES TAMAULIPAS: FIFTY-FIFTY

En las dos últimas elecciones para gobernador de Tamaulipas , que por obvias razones  son las que más actividad política implican, la votación total apenas pasó del cincuenta por ciento.

 Estos niveles de votacion siempre  provocan caras preocupadas por el abstencionismo, ese fantasma recurrente que agobia a los políticos.

En 1998,   el abstencionismo fue del 44.2 por ciento, ya que de poco mas de 1 millón 600 mil ciudadanos de la lista nominal de ese año, solo votaron 902 mil 984.     En el 2004, en la elección del actual gobernador Eugenio Hernández, de las 2 millones 85 mil 184  personas inscritas en la lista nominal, solo votó el 51.2 por ciento.

Esos números  cercanos a la mitad de los electores con derecho a votar que no acuden a las urnas  es motivo de discursos y de sesudas reflexiones acerca de este fenómeno, que los más consideran un lastre para la democracia mexicana.

Pero si se observa bien, el sistema electoral mexicano con elecciones de mayoría,  legitima al candidato  que obtenga más votos en una elección –haiga sido como haiga sido, diría Calderón- no importando los números relativos de participación ciudadana.

Ahora, que si la gente no vota porque está harta de los políticos, a estos tampoco les preocupa tanto a pesar de su dicho en contrario.  Gana el que saca más votos.  Gobierna el que tiene la mayoría. Y como una cosa son las promesas de campaña y otra el ejercicio del poder, ya sentados bien pueden, como lo hacen,  olvidarse de la gente.

El gran problema es que no hay cultura de participación ciudadana.  De los que van a las urnas, la gran mayoría piensa que  cruzar la boleta es el cumplimiento de sus responsabilidades y el ejercicio de sus derechos.  Por eso muchos problemas no se resuelven.  Porque dejamos que los gobernantes lo hagan solos.

No hay comentarios: