domingo, 25 de abril de 2010

TODOS CONTRA LA LEY 1070 DE ARIZONA: OSCURIDAD DE LA CASA



La ley que convertirá en criminales a los indocumentados y propiciará un recrudecimiento de la discriminación racial contra los mexicanos en Arizona, provocó inmediatas y más que justificadas descalificaciones.

Es infame esa legislación.   Es un peligro para los indocumentados latinos, especialmente mexicanos, que viven en ese estado fronterizo con México.  Propiciará más agresiones y humillaciones  en contra de quienes arriesgan todo para trabajar en Estados Unidos.  Es la institucionalización de la xenofobia.

El gobierno mexicano, diputados, senadores, gobernadores y particulares, se han envuelto en la insignia patria para alzar la voz reprobando vehementemente esta expresión legislativa del racismo.  Bien.  Muy bien.

Pero si nos ponemos a pensar, nosotros, los mexicanos, no cantamos tan mal las rancheras con relación a la discriminación.   Exigiendo respeto por nuestros paisanos en el mal vecino país del norte, actuamos con hipocresía.

 ¿Por qué?  La “Primera encuesta nacional sobre discriminación en México”  revela como damos trato de inferiores a grupos de personas por condiciones de raza, sexo, edad e incluso de discapacidad.

Entre los resultados de esa encuesta, presentada por la Secretaría de Desarrollo Social en 2006, está que en promedio 9 de cada diez mujeres, discapacitados, indígenas, homosexuales y adultos mayores opina que existe discriminación por su condición.

Una de cada tres personas pertenecientes a esos grupos dice haber sufrido discriminación por su condición en el último año, antes  de la encuesta.  Una de cada tres personas de esos grupos dijo que había sido discriminado en el trabajo por su condición.

La encuesta refiere que a primera impresión, el mexicano promedio no da un trato discriminatorio  hacia la población indígena y que de hecho, a primera impresión, existe un trato de consideración hacia este grupo

Pero, los resultados mostraron otra cosa.  El 43% por ciento de los entrevistados opina que los indígenas tendrán siempre una limitación social por sus características raciales. Uno de cada tres opina que lo único que tienen que hacer los indígenas para salir de la pobreza es no comportarse como indígenas.

Una de las preguntas sobre la discriminación hacia los indígenas fue:   Imagine que un grupo de indígenas tiene intención de establecerse cerca de su comunidad ¿Usted, estaría o no estaría dispuesto a organizarse con otras personas para solicitar que no los dejaran vivir ahí?

El resultado:   40% de los mexicanos está dispuesto a  organizarse con otras personas   para solicitar que no permitan a un grupo de indígenas establecerse cerca de su comunidad

Nueve de cada diez indígenas opina que en México hay discriminación hacia ellos.  Tres de cada cuatro  consideran que  tienen menos oportunidades para ir a la escuela que el resto de las personas  Dos de cada tres indígenas opinan que tienen pocas o nulas posibilidades para mejorar sus condiciones de vida.  El 45% afirma que no se le han respetado sus derechos por su condición.

La encuesta refiere que en  general, las mujeres, los indígenas, los discapacitados, los adultos mayores, los homosexuales se sienten discriminados.  Los dos grupos que se perciben como más discriminados son los discapacitados y los homosexuales.

Somos candil de la calle, ¿O no?

Sin embargo, la verdad eso  nos quita que podamos gritar: “Fuck you gringos”


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